NOTA PRELIMINAR
No soy muy dado a hacer reseñas de juegos porque normalmente ya hay otras mucho mejores, pero en esta ocasión he querido hacer una reseña de Feudalia porque es un juego que todavía no ha sido editado y que merece al menos ser conocido.
A los que no les apetezca tragarse el resumen de las reglas, les invito a que lean directamente mis conclusiones sobre el juego.
Nuestra primera noticia de su existencia fue a través de los compañeros de Vis Ludica, y en el pasado Festival Internacional de Juegos de Córdoba tuvimos la suerte de probar Feudalia de la mano de su diseñador, Fernando Abad (fenolin), dejándonos muy buenas impresiones.

Portada del juego Feudalia. Foto: Fenolin (BGG)
FICHA
¿DE QUÉ VA?
En Feudalia nos metemos en la piel de un señor feudal cuyos vasallos trabajarán en los campos de nuestros feudos para conseguir materiales y generar riqueza. Estos recursos serán necesarios para mejorar los feudos, atraer a nuevos vasallos, especializarlos en otros más eficientes, contratar los servicios de maestros, e incluso reclutar ejércitos de guerreros y magos.
Los jugadores podremos además ayudar al Rey a construir la catedral, disputándonos así sus favores, y también podremos negociar y enfrentarnos a otros jugadores. Pero de lo que no nos libraremos es de la insaciable avaricia del recaudador de impuestos, que hará lo indecible para complicarnos la vida.
En términos de mecánicas, Feudalia es un juego que combina la construcción de mazo (deck building, como dicen los guiris) con la gestión de recursos (¡cubitos de maderaaa! 😉 )
¿CÓMO SE EMPIEZA?
En toda partida de Feudalia hay varios mazos de vasallos fijos. A estos se le suman otros vasallos que se seleccionan aleatoriamente y que varían de una partida a otra. Además hay un mazo de maestros de nivel 1. Al principio se roban 6 al azar y luego van rotando. Para cada tipo de vasallo hay varias cartas que poder adquirir, mientras que maestros sólo hay uno de cada tipo.
A continuación un ejemplo del vasallo Picapedrero y la explicación de la carta:

Explicación del vasallo Picapedrero. Foto: web de Feudalia
Y aquí un ejemplo del maestro de nivel 1 Escultor:

Explicación del maestro Escultor. Foto: web de Feudalia
Después, turno a turno, cada jugador elige un feudo entre dos robados al azar hasta tener tres. Hay cuatro tipos de feudos atendiendo a los recursos que producen: cereal, madera, barro o mineral. De este modo, al principio de la partida a cada jugador le faltará al menos un tipo de recurso, siendo esto algo muy interesante en el juego.
Ejemplo de un feudo ubicado en un bosque (produce madera) :

Explicación de la tarjeta de feudo. Foto: Fenolin (BGG)
Todos los jugadores comienzan con su carta de registro, para poder anotar el dinero obtenido y donde guardar los puntos de victoria, y con un mismo mazo inicial de cartas compuesto por:
- 7 Siervos
- 1 Mercader
- 1 Cura
- El temido Recaudador

Carta de registro del jugador rojo y mano inicial de cartas al comienzo de la partida
Por último, y para comenzar la partida, se coloca la tarjeta de la primera fase de construcción de la catedral del rey que se corresponde a los Cimientos. Su uso se explica en el siguiente apartado.

Cartas de Cimientos y Nave Principal. Obviamente, se comienzan por los primeros
¿CÓMO SE JUEGA?
Cada turno comenzamos robando 5 cartas. Si hemos robado la carta del Recaudador estamos obligados a jugarlo. Cuando esto sucede, este ávaro alopécico nos quita la mitad de los recursos que tengamos acumulados en cada uno de nuestros feudos. Si no se lleva ninguno, porque no hay suficientes, nos descartará cartas de la mano.

Parecidos razonables: el Recaudador de Feudalia y el Calvo de Vis Ludica. ¿Quién es quién?
El resto de cartas son vasallos con las que podremos ejecutar las siguientes acciones:
- Trabajar en los campos de los feudos para producir recursos, vender materiales, o transformarlos.
- Usar su influencia para robar más cartas, obtener dinero extra, y otras habilidades.
- Generar dinero en ese turno, imprescindible para realizar otras acciones.
Con el dinero obtenido en el turno y con ciertos materiales (normalmente cereales) podremos atraer a nuevos vasallos y maestros entre los disponibles, o bien convertir a nuestros siervos en trabajadores más especializados tales como leñadores, obispos, guerreros, etc. convirtiendo así nuestro mazo inicial en un mazo de mayor tamaño y más eficiente.
El dinero que nos haya sobrado en un turno puede ser ahorrado para el siguiente turno, pero en menor proporción, ya que al final de cada turno tendremos que celebrar un Banquete que disminuirán estos ahorros. Se trata de de una mecánica novedosa que permite ahorrar dinero de un turno a otro pero no de forma masiva. Así por ejemplo, si ahorramos 4 monedas, el siguiente turno empezaremos con 1 moneda ahorrada; si ahorramos 6, tendremos 2; con 8, serán 3, y así sucesivamente. Para facilitar el ahorro también podremos descartarnos de cartas de la mano que no generen dinero. Los ahorros de un turno a otro se marcan con un token en la carta de registro del jugador.
También podemos mejorar nuestros feudos gastando los correspondientes materiales y dinero, y subirlos así de nivel. Otorgan más puntos de victoria y permiten contratar a maestros y colocar a más vasallos para trabajar. Además ofrecen una mejor resistencia a los saqueos de otros señores feudales
Los maestros son cartas que no se quedan en nuestro mazo (como el resto de vasallos) sino que, una vez adquiridos, se emplazan en los feudos. Cada maestro es distinto y otorga unas ventajas adicionales . Las habilidades de cada uno determinan la base para definir nuestra estrategia en la partida.
En Feudalia también se permite la negociación con otros jugadores y una variante militarque permite atacar a otros feudos para saquear sus recursos o exigir tributos en forma de dinero a su dueño. Para ello necesitaremos entrenar a guerreros y caballeros.
Los jugadores también pueden ayudar a construir la catedral del rey para ganar puntos de victoria. La catedral se construye en tres fases. La primera fase son los Cimientos. Una vez acabados estos, los jugadores podrán entonces construir la Nave Principal. Y una vez terminada ésta, los jugadores podrán contribuir de 3 formas distintas:
- Las Vidrieras
- La Platería
- El Deán y los canónigos

Acabada la Nave Principal, los señores feudales podrán colaborar de 3 formas: Religiosos, Vidrieras y Platería
A diferencia de las otras fases de la catedral, para esta última es necesario la ayuda del correspondiente maestro de nivel 2, que sólo puede ser alojado en feudos de nivel 2. Por tant, si queremos p.ej. ordenar al deán y/o canónigos de la catedral, necesitaremos antes tener albergardo al Cardenal en alguno de nuestros feudos.
Un aspecto interesante de la construcción de la catedral es que sus puntos de victoria son comunes a todos los jugadores por lo que se establece una especie de carrera para conseguir el máximo de ellos posibles y evitar que el resto los consiga.
Todas las acciones pueden ser realizadas en cualquier orden, lo que hace a Feudalia un juego bastante flexible y con muchas posibilidades. La única limitación es ejecutar una única acción especial aunque algunos vasallos permiten realizar otra adicional, encadenando así unas con otras. Por lo general, no se acumulan cartas de un turno a otro.
¿CUÁNDO ACABA?
La partida de Feudalia acaba cuando algún jugador alcanza un determinado número de puntos de victoria (no confundir con este blog 😛 ), que depende del tipo de partida, rápida, normal o larga. En una partida normal son 10 PV. Si el resto de jugadores que quedan por jugar no consiguen empatarle, la partida ya tendrá un ganador. De lo contrario, se producen turnos de muerte súbita.
¿QUÉ ME PARECE?
Feudalia es un juego que bebe de las mecánicas de construcción de mazos pero que gracias a su combinación con la gestión de recursos se convierte en un juego con un sabor muy refrescante. Muchos fans de los deck-buildings se sorprenderán con las sensaciones que transmite este juego.
Cada turno el jugador tiene varias opciones donde elegir y no simplemente adecuarse a lo que le ha salido en la mano. Además las acciones se pueden ejecutar en cualquier orden por lo que el juego gana en flexibilidad. En este sentido, Feudalia es un juego más estratégico que táctico, salvando así esa incómoda sensación de “piloto automático” que a veces se experimenta en otros deck-buildings. Esto hace que la dureza del juego sea media-alta, es decir, está más orientado a jugones habituales que a un público casual.
Sobre sus componentes, a pesar de tratarse de una edición autoproducida, esto es precisamente una de las cosas que más llaman la atención del juego: sus calidades son muy buenas, ¡mejores incluso que algunas publicaciones en el mercado! Tan sólo el (reducido) tamaño de las cartas nos recuerda que estamos delante de un prototipo, si bien son funcionales.

Detalle de la caja y su interior. ¿Esto es un prototipo autoproducido o un juego publicado?. Foto: Fenolin (BGG)
Es además bastante temático. La construcción de la catedral, el recaudador, los acciones de los vasallos, está todo muy bien integrado con el tema del juego. Sorprende la buena adaptación de los personajes con sus funciones. Sus ilustraciones, si bien esto siempre es algo muy subjetivo, están cuidadas y son muy simpáticas, llegando así a un público no tan jugón. En las primeras partidas está garantizado que disfrutaremos un buen tiempo contemplándolas.
Feudalia cuenta también con la ventaja de poder jugarse en solitario, lo cual es ideal para el aprendizaje de las mecánicas del juego. Su reglamento tiene algunas secciones avanzadas (como la magia) no muy bien detalladas, pero en general está muy bien estructurado y cuidado. Además, tiene el acierto de incluir un aprendizaje gradual, con varios ejemplos y la preparación de la primera partida. El juego tiene también cierta progresión, ofreciendo varias cartas con funciones más complejas cuya incorporación puede ir en aumento a medida que se juegan más partidas.
La elección semi-aleatoria de los feudos y la gran variedad de vasallos y maestros garantizan cierta rejugabilidad. La compensación y balanza de algunas cartas puede suscitar dudas, pero es un juego muy testeado por su creador, y serán necesarias varias partidas para poder afianzar una opinión fundamentada sobre si una carta está rota o no.
Como principal pega, si no se juega con negociaciones, ni modo militar, ni magia, adolece del famoso efecto “solitario multijugador” que suelen padecer este tipo de juegos. No es raro oir la clásica pregunta “¿me toca ya?”. Por otra parte, no es recomendable jugarlo con cuatro jugadores hasta que estos no tengan bastante dominada la mecánica del juego, aunque se tarda poco para ello.
Concluyendo, Feudalia ha conseguido despertar en mí esas sensaciones que sólo consiguen los juegos que me gustan mucho: un gran sabor de boca y unas tremendas ganas de volver a jugarlo.
Mis más sinceras felicidades a Fernando por su gran trabajo y desearle mucha suerte para que muy pronto veamos Feudalia en nuestras estanterías.

De izquierda a derecha: Raulo, Fenolin y Cartesius jugando a Feudalia en el Festival de Córdoba 2011. ¡Gracias por tu paciencia, Fernando!