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Camel Up (Reseña)


Suelo ser bastante crítico con los premios de juegos de mesa. Realmente no es algo que me quite el sueño ya que entiendo que están orientados a un público muy diferente a lo que mi entorno y yo representamos. Aún así no puedo evitar que me produzca una leve sonrisa ver como año tras año se cataloga como «juego del año» a juegos demasiado simples, rozando incluso lo tonto. Esto se agrava cuando hacen otra categoría para expertos y otorgan el premio a juegos muy muy básicos.

Por eso para mi el logotipo de juego del año ha llegado a ser contraproducente. No me malinterpretéis, no voy a decir que los ganadores son una mierda, simplemente que cuando veo un juego que ha ganado un SdJ espero automáticamente un juego extremadamente sencillo para jugar con mi abuela y no suele ser ese el tipo de juegos que voy buscando.

Camel Up

Camel Up

Y con esos mismos prejuicios llegué a Camel Up (o Cup) de Steffen Bogen, flamante Spiel des Jahres 2014 recién editado por Ediciones Masqueoca. Un juego sencillito, rápido, de 2 a 8 jugadores y con unas ilustraciones simpáticas. Parece el juego que le regalarías a tu prima para que juegue con sus hijos pequeños.

Cuando te lees el manual la impresión no cambia demasiado. Te da la sensación de ser un juego con muy poco control y mucho azar. Por resumir un poco el tema: En Camel Up se representa una carrera de camellos, pero a diferencia de en otros juegos aquí no vamos manejamos un camello que debe ganar, no, aquí los camellos se mueven prácticamente sin control de los jugadores, 90% azar y es que en cada etapa cada camello se mueve lo que determina el dado de su color. Pero hay una parte cachonda en todo esto que es lo que da nombre al juego y es que cuando un camello cae en una casilla donde ya hay otro camello no se pone al lado si no que se apila sobre él de tal manera que si el que está abajo se mueve más adelante se llevará consigo todos los camellos que lleve encima.

El juego desplegado - Imagen de la BGG

El juego desplegado – Imagen de la BGG

¿Y qué narices pintan en todo esto los jugadores? Bien, la única función de los jugadores es apostar por los camellos ganadores. Durante el turno se debe hacer una acción entre estas 4 posibles:

  • Lanzar un dado de camello elegido al azar: No beneficia al jugador excepto porque coge una moneda.
  • Apostar por el camello que va a ganar la etapa: Coges una loseta del color que quieras. Hay 3 de cada de valores 5, 3 y 2.
  • Apostar por el camello que va a ganar o quedar último en la carrera completa: Colocas una carta del color que creas. Si eres el primero en colocar y al final aciertas te llevas 8 monedas, el segundo 5, el tercero 3, etc.
  • Colocar una ficha de modificación de terreno: Losetas que dan +1 o -1 al movimiento de los camellos que caen sobre ellas. Además te dan una moneda cada vez que cae un camello.

Los jugadores van alternando turnos hasta que se han tirado los 5 dados de camello y han movido todos. En ese momento acaba la etapa, se ven las posiciones de cada camello y se determina qué apuestas son acertadas y cuales no. Los que apostaron antes por el camello ganador recibirán más dinero que los que fueron más conservadores y aquellos que fallaron deberán pagar una moneda.

Cuando un camello cruza la linea de meta se acaba el juego. Se hace una nueva clasificación de etapa y una clasificación final. Aquellos que apostaran por el camello ganador de la carrera completa recibirán una lluvia de monedas (como siempre, los primeros en apostar recibirán más que los últimos) y lo mismo para el camello que iba a quedar último.

Como veis el único poder de influencia de los jugadores sobre el movimiento de los camellos es el de poder colocar fichas de +1 o -1 al movimiento pero dado que afectan a todos los camellos por igual no da ningún control.

Carrera en marcha - Imagen de la BGG

Carrera en marcha – Imagen de la BGG

Y es que en Camel Up todo se basa en las apuestas. Se trata de un juego de probabilidades y representa muy bien una carrera con apuestas. Si arriesgas desde pronto es muy posible que pierdas pero si aciertas ganarás mucho dinero y si eres muy conservador y esperas a estar 100% seguro ganarás muy poco o casi nada.

La verdad es que el juego se pone muy gracioso porque te permite apostar todas las veces que quieras y a los camellos que quieras por lo que puede volverse una locura de apuestas y contrapuestas. Y es que si hay algo peor que equivocarse es insistir en el error. Y es que efectivamente puede parecer que hay poco control sobre lo que haces y en parte es cierto, pero una vez estás jugando puedes intuir lo siguiente que va a pasar si eres capaz de observar ciertos detalles como los camellos que han movido ya o si un camello que queda por mover tiene otros sobre él. También hay que puntualizar que aunque pueda parecer todo lo contrario creo que el juego puede perder jugado a muchos jugadores dado que siempre te quedarán pocas opciones que elegir. Me da que su número ideal está entre 3 y 5 jugadores.

Y aquí es donde vuelvo sobre la reflexión que hice al principio para decir que Camel Up me parece un digno ganador del SdJ14. Por supuesto que no es el mejor juego del año pero sí es un gran juego, bastante innovador, que se juega en 30 minutos y con un precio bastante competitivo (25€ PvP). Efectivamente puede ser un juego para jugar con tu abuela pero también puede ser un juego para sacar con verdaderos jugones porque el picante del juego lo ponen los jugadores y sus apuestas. Por hacer un símil me parece un juego con tantas posibilidades de ver mesa como fue el SdJ10, Dixit.

 

Y el premio a las zapatillas más apestosas es para…


Casey A!!! de 14 años y originaria de Briston. La campeona confesó que sus zapatillas se ensuciaron tanto y se volvieron tan apestosas porque las lleva siempre mientras limpia la cocina comunitaria, pasea al perro y porque se las pone siempre, llueva o haga sol. Desde aquí nuestra felicitación a Casey por tener los pies más apestosos del planeta.

La gran final

La gran final

«Y a mi qué coño me importa» diréis…Ya, bueno, a mi tampoco me importa una mierda quien ha ganado el Spiel des Jahres y llevo 3 días que me salen los fuegos artificiales por las orejas. Y es esa obsesión por el premio al juego del año en Alemania lo que me ha motivado a escribir este post. Porque todo el mundo dice que el premio está dirigido a un público muy concreto, que no refleja el mundo jugón, que no hace justicia a los mejores juegos del año, etc; pero luego nos tiramos días hablando del premio, de si es merecido, de si había otros mejores…pffff.

A mi, sinceramente, me importa un bledo el premio. Es un premio dirigido a un público alemán muy concreto que en España no vale para nada. Porque seamos sinceros: si tienes nivel suficiente para saber lo que es el Spiel des Jahres es que tienes demasiado nivel para considerar ese juego como el mejor del año. Y es que es un premio orientado para la señora Frieda Hildermar que está buscando un juego para jugar con sus hijos los sábados. Porque su equivalente española (aunque cobre la tercera parte, pague el doble de hipoteca y probablemente se quede sin pensión) María Fernández, de 41 años y madre de dos hijos, cuando te oye pronunciar el premio piensa que eres un gitano vendiendo un bolso de piel de Jaaaaare. Porque a la señora María no la saques del tozudo o de los hipopótamos tragabolas (juegazos) porque es lo que conoce.

Adoro los concursos

Estos concursos si que molan

Y por otra parte a ti, frikazo total, que te rastreas cada día la BGG en busca del último juego editado en Singapur, ¿de qué te sirve este premio? Tú, que eres tan friki como para saber lo que es el Spiel des Jahres, ¿de verdad crees que es el mejor juego del año? No, sólo te puede servir por si quieres regalar un juego a tu abuela pero desde luego eso no da para meses de debate.

Que no hombre, que nos gustan más las listas y los rankings que jugar a los propios juegos. Saber cuál es el juego del año en Alemania resulta menos útil que saber a qué jugón le huelen más los pies ya que saber a quién le apestan más las zarpas o quién es el que más ronca puede marcar una diferencia en tu vida lúdica si coincides con ellos en unas convivencias. El problema es que somos como las urracas y nos fascinan las cosas brillantes aunque no nos sirvan para nada.

Así que lo dicho:

1ElViento