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¿Me gusta porque gano o gano porque me gusta?


Siempre he tenido cierto trauma de que era injusto con los juegos de mesa. Sobre todo me pasa con los eurogames ya que no son mi género de juego preferido. Los que me conocen saben que nunca me niego a una partida y cuando estoy en ella disfruto como el que más pero cuando acaba la partida me suelo quedar un poco «plano», no encuentro ninguna emoción en este tipo de juegos. Supongo que habrá quien se acuerde de ese último «cubo salvador» o aquel «keko heroico» pero no es mi caso. Realmente soy de los que necesitan algo de tema para meterse en los juegos.

Esta situación me ha llevado siempre a pensar que a mi este tipo de juegos ni fu ni fa. Sin embargo, de vez en cuando, se da el caso de que juego a un eurogame y hago una partidaza que me da la victoria. Luego me voy a casa pensando que el juego está muy bien, que lo mismo me lo compro… pero en seguida vienen los remordimientos, pienso «raik, eres un moñas, te gusta porque has ganado. Si Javi no la hubiera cagado en tal jugada hubieras perdido y ahora estarás diciendo que el juego es un muermo».

Este soy yo preguntándome "¿Por qué pierdo?"

Este soy yo preguntándome «¿Por qué pierdo?»

Esta sensación me vino de nuevo el otro día con el Keyflower. Echamos una primera partida donde lo hice genial (gracias por los aplausos, no son necesarios) y me fui a casa pensando que era un juegazo y a meterlo directamente en mi wishlist. Ayer se presentó de nuevo la oportunidad de una segunda partida y pensé que era el momento de comprobar mi teoría. Volvimos a jugar y esta vez quedé segundo a bastante distancia del primero, sin embargo, sigo pensando que es un juegazo y no va a salir de mi wishlist.

Esto me ha hecho pensar sobre el tema y he llegado a la conclusión de que los juegos no me gustan porque lo haga bien si no que lo hago bien porque me gustan. No implica necesariamente que gane todas las partidas, quiero decir que soy competitivo. Creo que el juego me gusta y me meto en sus mecánicas y en su tema (si lo hubiera) y eso hace que haga partidas mucho más decentes que en juegos en los que paso sin pena ni gloria y donde pienso que estoy entre las ruedas dentadas de un reloj gigante intentando mover mis cubos de aquí a allá.

Como digo, creo que soy extremadamente sensible al tema. Creo que para hacer una buena partida a cualquier juego todos necesitamos entrar en el juego pronto, comprenderlo y hacerlo funcionar a nuestro antojo. Para ello, normalmente, dependo de que tenga tema y de que me llame la atención pero a veces ocurre que un juego con poco o nada de tema (Keyflower lo es) me encaja a la perfección.

Así me sentía jugando al Keyflower

Así me sentía jugando al Keyflower

Por ello, después de esta sarta de divagaciones, creo que puedo decir que jamás haré un buen papel en un juego que no guste y que siempre seré competitivo en aquellos que sí lo hagan. Necesito que el juego me llame la atención para concentrarme y conseguir las mejores cosechas y los mejores tratos en el mercado, si no, intentaré mover mis cubos de la forma más óptima posible (sin conseguirlo, claro está).

Juegos de mesa vs. Juegos de rol


NOTA: el autor de esta entrada es Salas, compañero del Club de juegos de mesa Clandestino.


Merece la pena la reflexión de Ricard Ibañez, a mí me ha inspirado para escribir esta entrada:

No se avergüencen. Es humano tener miedo de lo que uno desconoce. Y a lo que uno teme, lo ataca, lo desautoriza, procura apartarlo de sí y de sus seres queridos. No se preocupen. Los jugadores de rol lo entendemos.

Entendemos que en una sociedad básicamente audiovisual como la nuestra, se mire con extrañeza un entretenimiento basado en la imaginación. En el que el jugador, en lugar de adoptar un papel meramente pasivo, como sucede frente al televisor, adopte un papel totalmente activo, creando la narración a medida que la juega.

Entendemos también que en esta sociedad suya y mía, caro lector que nunca jugará a rol, que tiende hacia el individualismo y la soledad, y cuyo futuro parece ser la relación por internet, haya locos que aún gusten de realizar una actividad colectiva, reuniéndose en grupos de media docena de amigos, tomando un refresco antes de empezar, jugando unas horas alrededor de una mesa y yéndose después al cine o a cenar.

Entendemos que miren con desconfianza, ustedes que han vivido toda la vida arropados por normas y reglas prestablecidas, un juego cuyo único límite es la imaginación de los que lo juegan.

Entendemos, por último, que en un mundo como es éste de principios de siglo, dominado por las nuevas tecnologías, se mire con extrañeza a unos locos que en lugar de jugar delante de un ordenador prefieren volver a la tradición oral, a la narración y al diálogo, como antes de los tiempos del televisor.

Lo entendemos. No se preocupen. Pero… ¿No les gustaría criticarnos con conocimiento de causa? Entonces ¿Por qué no leen algún manual, juegan alguna partida, y luego opinan? Y no les preocupe si no les gusta. A diferencia de ustedes, nosotros entendemos que no a todo el mundo le tienen que gustar las mismas cosas.

Extraído del Prólogo de la 2ª Ed. de Aquelarre. En ocasiones, tan válido como para los juegos de mesa.

No sé si el autor habrá conseguido su propósito, que nuevos jugadores se atrevan con el rol, o incluso reconvertir a algún detractor, quién sabe. En mí ha provocado nostalgia, y una sensación de «privilegio» por llevar disfrutando tanto tiempo de esta forma de ocio, que provoca cierto rechazo/recelo en mucha gente, y a la que jamás pensarán acercarse, ni por curiosidad.

Y también me ha hecho recordar los 3 años que llevo jugando a decenas de juegos en Clandestino, pasando momentos inolvidables.  Pero más que con cualquier juego, me quedo con esos momentos puntuales que recordaré siempre. Al fin y al cabo, los juegos cada vez me recuerdan más unos a otros, pero cada momento es único. Sensaciones parecidas ya vividas en mis tiempos de adolescente rolero y lector de Líder. Y por esto me pregunto si mi llegada a los juegos de mesa fuera por necesidad. Necesidad de reencontrarme con experiencias parecidas que reavivaran mi espíritu «juguetón». Veamos…

El objetivo está más que cumplido, peeeero… creo que hay un tope para los juegos de mesa, que en los juegos de rol no me encontré. Y me explico haciendo algunas comparaciones,  siempre desde lo que yo he vivido, 1º con el rol, y años más tarde con los juegos de mesa. En las 2 etapas, con grupo estable e instalaciones concedidas para jugar, es decir, partiendo de condiciones muy parecidas.

REJUGABILIDAD Y LIBERTAD DE ACCIÓN:

MESA: La experiencia de juego es muy parecida en casi todos los casos, maximizar tus «limitadas» acciones para conseguir más puntos de victoria que nadie, y si encima no hay interacción, puff, difícil encontrar esos momentos «inolvidables»….se agradece la aparición de savia nueva, como el caso del Calendario Maya y sus engranajes.

A favor, disponemos de juegos «originales», Ricochet Robots, Timbuktou, Primordial Soup…. raras excepciones que logran escapar de ser encasillados en alguna mecánica….porque después de algunos juegos a las espaldas, pocas son las explicaciones de reglas de algún juego nuevo, en las que no se aluda como ejemplo literal, a otro, en el caso del Copycat es sangrante.

ROL: La jugabilidad empieza con los módulos de aventuras para el juego, y una vez agotados,  «sólo» queda la imaginación/inspiración del Máster….esto tiene una gran pega, si enferma o pasa por una mala racha….ese juego descartado por baja de su correspondiente Máster.

En cada turno puedes hacer lo que quieras, dentro de los límites físicos y mentales de tu Pj, y según la dificultad, en cada juego se resolverá de diferente manera si consigues realizar con éxito, o fracaso, lo que pretendías.

Si existiera un foro de rol estilo BSK, no tendría cabida la expresión: «Es un juego que se quema rápido», y si se quema el máster, se pone otro, con otra cabeza a estrenar…

IMPORTANCIA DEL REGLAMENTO:

MESA: Es vital, un pequeño fallo por una regla, una gran cagada para la partida. Cambia el juego por completo, casi siempre.

ROL: Las reglas son guias, ayudas, referencias…al servicio de la diversión, ayudan a unificar y ejecutar en grupo, lo que cada jugador va imaginando individualmente durante  el desarrollo de la aventura.

Es muy común, añadir o quitar reglas, generalmente para agilizar la narración y/o la acción.

COMPETITIVIDAD/COOPERACIÓN:

MESA: Es necesaria una cierta competitividad en cada jugador, la suficiente como para no joder la partida favoreciendo a alguien, pero no demasiada como para olvidarse de que estamos jugando para divertirnos. La virtud está en el término medio, se dice, y a veces las partidas se «desvirtúan», que levante la mano quién no lo haya vivido en alguna ocasión. Y sino, enhorabuena.

En cuanto a la cooperación, pués tiene su buena representación, en cantidad y calidad, pero me da la impresión que son juegos considerados de 2ª fila, por el efecto líder, puzzle multijugador…En semicoop, que puede limar algunos defectos de los puros, el 1º en BGG es el Galáctica (Nº22), y no es muy del agrado de los jugones «Alfa».

ROL: Se aconseja cierta cooperación para sobrevivir….pero se ve de todo, hasta matarse por repartir el tesoro…

Pero generalmente se compite PJ´s contra el máster, que uno de sus objetivos es llevar la partida a un nivel de dificultad medio alto, adecuándola al desarrollo de los acontecimientos, para que no sea un camino de rosas, ni una misión imposible. La partida debe acabar con alguna baja entre los PJ´s, y los supervivientes suspirando de alivio….. el final ideal.

El mismo grupo se marcará el grado de confianza de unos con otros, si tienes que descolgarte por un precipicio atado a una cuerda, debes saber a quién NO pedir ayuda….

MESA&ROL: Que  entusiasme el juego a todos. Se nota cuando alguien no «vive» el juego, es horrible, termina la partida y pienso: «Mejor no haber jugado».

Busco juegos que provoquen esos momentos inolvidables y únicos, y sino,  al menos que me aporten nuevas experiencias, como cuando llegué a este mundillo.  Y huyo de los que me ofrecen algo parecido una y otra vez…..Sr. Uwe???

Echo en falta sorprenderme más a menudo cada vez que me siento a jugar(todavía sucede, el Polis me ha dejado loco), todavía recuerdo mi 1ª vez a muchos juegos, y mi asombro, al Caylus, Dominion…..pero después de tantas partidas, ya no es lo mismo, siguen siendo divertidos, los juego, pero le falta ese punto de sorpresa o incertidumbre. En 4 años jugando a rol, nunca sentí esta monotonía….al contrario, manteniendo el mismo grupo de jugadores, y los mismos 4 juegos¡¡¡ (Stormbringer, Runequest, D&D y , sobre todo, MERP), íbamos adaptando las reglas a nuestro gusto, y disfrutando cada vez más de las partidas, creciendo como jugadores a la vez que nuestros PJs subían de nivel y afrontaban nuevos y mayores retos.

Seré yo, que estoy saturado de tanto jugar?.  O Será que busco unirme a un nuevo grupo de aventureros que tengan el mismo objetivo? Diverstirse jugando, que no jugando para divertirse, con esa fascinante incertidumbre de no saber que pasará en la próxima sesión(aventura¡¡¡¡), después de 40 partidas al mismo juego, sin esa sensación de déjà vu que me pueden producir 10 juegos de mesa diferentes.

Que no se me encienda nadie, como dice el gran Ricard, debemos entender que no a todo el mundo le tienen que gustar (y añado yo «TANTO») las mismas cosas.