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Cuando éramos reyes (Juegos Épicos)


Cuando éramos reyes (When We Were Kings) – 1996 Es un documental que narra el antes, el durante y el después del mayor combate de boxeo celebrado en toda la historia del deporte. Esta pequeña joya muestra, mediante imágenes que han pasado a la historia, los meses de duros preparativos para el combate entre Mohammad Ali y George Foreman en Kinshasa (Zaire). El documental tiene una duración de 90 minutos de los cuales a penas 15 están dedicados al combate, el resto se dedica a explicar la dimensión social que alcanzaron el acontecimiento y sus participantes.

Una de las imágenes más recordadas de la historia del boxeo

Una de las imágenes más recordadas de la historia del boxeo

El caso es que acabo de ver este documental (está colgado el YouTube en estos momentos) y me ha recordado a las sensaciones que me producen las partidas a esos juegos de mesa que podemos llamar épicos. Me vienen a la cabeza nombres como Here I Stand, Virgin Queen, República de Roma, Twilight Imperium… Estos juegos tienen unas características que impiden que sean jugados todo lo que nos gustaría. Generalmente son juegos que requieren mucho tiempo, mucho espacio y mucha gente, hablamos de juegos de duración superior a las 6-8 horas y para alrededor de 6 jugadores. Por tanto si eres capaz de echar 2 o 3 partidas de este tipo a lo largo del año debes sentirte afortunado.

¿Y qué tiene que ver esto con el combate de Ali y Foreman? Bueno, al igual que aquel acontecimiento transcendió por encima de un simple combate de boxeo, una sesión a estos juegos trasciende muy por encima de una partida a un juego de mesa. Los tiempos, la dimensión, las decisiones… todo es mucho mayor, adquiere una escala épica donde lo menos importante es quién gana, lo importante es el viaje, la experiencia, el desarrollo de los acontecimientos. Estas partidas duran mucho más de las 8 horas que comentaba, estas partidas empiezan semanas antes cuando comienzas a organizarlas y acaban mucho después cuando recuerdas con los amigos aquel inesperado desenlace.

El futuro del mundo está en tus manos

¿Serás capaz de dibujar el nuevo mapa del Viejo Mundo?

En estos juegos no importa demasiado si tu fábrica es la más optimizada o si tienes el mejor combo. Muchos de ellos son muy dependientes del azar e incluso tienen mecánicas que dejan bastante que desear, sin embargo, el poder sentirte Lutero por unas horas no tiene precio. «Cuando éramos reyes»… esa es la sensación que te queda en la memoria: Aquel día en el que la galaxia temblaba ante tu poder o en el que dominabas el senado de Roma. No te importan las tiradas de dados o el orden de turno. No, lo importante es haber sido parte de la historia.

Sé que estas líneas pueden parece un poco frikis de más. Pero supongo que los amantes de estos juegos épicos sabrán de lo que hablo. Desgraciadamente yo he podido probar muy pocos de estos juegos pero siempre me quedo con ganas de más y recuerdo la mayoría de las partidas como los eventos más importantes en mi vida lúdica.

¿Estás dispuesto a llevar a tu raza hasta la capital del Imperio?

¿Estás dispuesto a llevar a tu raza hasta la capital del Imperio?

Como último apunte hay que decir que estas partidas también tienen algunos peligros. Si topas con algunos jugadores demasiado competitivos que intentan optimizar al máximo sus movimientos o que llevan la diplomacia al límite de lo aceptable se pueden convertir en un verdadero infierno. Como consejo y como súplica: lo importante en estos juegos SÍ QUE ES PARTICIPAR, esto no es el Magic o el Caylus donde hay que desentrañar el alma del juego para lograr la victoria. No, lo importante es la experiencia, ser parte de la historia y hay que entender que es tan importante en esa historia el más poderoso Emperador como el último de los sometidos. Todos hacen su papel y todos serán recordados (algunos con más sorna que otros xD)

PD: ¿Se me nota que acabo de encargar el Twilight Imperium 3ed y que os estoy picando para una partida?

Here I Stand: Counters de reemplazo en camino


 

En el último correo de noticias enviado por GMT me he enterado de que en la edición 2010 de HERE I STAND faltaban una serie de counters (fichas) respecto a la primera edición y que ya han preparado el remplazo y lo están enviando. La diferencia de fichas entre una y otra edición es la siguiente:

+1 Independent SCM
+1 Ottoman HCM
+1 Papal HCM
+1 Blank green counter

-1 English 2 Troop
-1 Hapsburg 1 Troop
-1 Ottoman 1 Troop
-1 Papal SCM
-2 Hapsburg HCMs
-1 Excommunicated
Fuente.

Esto quiere decir que en la edición deluxe (2010) venían 4 counters de más y 7 counters de menos. Al parecer, los añadidos no tienen influencia sobre el juego, sin embargo los eliminados si pueden tenerla ya que varían el número de tropas y, sobre todo, se echaba en falta un marcador de control cuadrado del papado (pensé que lo había perdido!!). Por tanto, GMT ha preparado un grupo de 8 counters (esos 7 + 1 adicional de John Frederick) y ha empezado a enviarlos.

Ayer me puse en contacto con GMT vía chat y me comentaron que efectivamente era así y que si les adquirimos el juego directamente a ellos estamos en una lista de envío automático y que en las próximas semanas nos llegarán los counters perdidos. Si el juego no se lo compraste a ellos tendrás que ponerte en contacto para que te envíen los reemplazos.

Como siempre es de agradecer el servicio postventa de esta editorial.

 

Sesión de juego: Here I Stand


Voy a realizar una breve crónica de la partida de Here I Stand que disfrutamos para cerrar el año 2010 a lo grande:

 

Here I Stand

Aunque había citado a los jugadores a las 11:00 para la partida en el friki-jardín me desplacé hasta allí una hora antes para ir preparando la chimenea e ir realizando el despliegue inicial del juego. Decidimos jugar el escenario de 1537 de 6 turnos y de, supuestamente, 6 horas de duración. Los jugadores y las potencias asignadas fueron las siguientes:

  • Pablo-san (aka  Sparrow turco): Otomanos
  • Junjo (aka AP-Junjo): Habsburgo
  • Raik (aka La Rata Inglesa): Ingleses
  • Shogunsemire (aka esareglanomegusta lahabéisleidomal): Franceses
  • Javi (aka Paparambo): Papado
  • Gonzalo (aka nojuegodurantemediahora): Protestantes

A pesar de haber estado haciendo el despliegue inicial desde una hora antes no me dio tiempo a terminar antes de que llegasen, así que el inicio de la partida se retrasó un poquito. Bueno, por eso, y por Shogun diciendo «¿Por qué no repasamos el contexto un poquito? ¿Porqué no recordamos las reglas antes de empezar?»…Aunque luego se demostró que le hacía falta jeje. Bien, aunque no se la hora exacta calculo que debimos empezar a eso de las 12:30.

Europa en el siglo XVI

El primer turno fue ETERNO, duró del orden de 3 o 4 horas, incluyendo breve pausa para comer. Durante el mismo el Otomano amenazó gravemente las posiciones del Habsburgo en Viena aunque éste supo zafarse de la amenaza realizando una maniobra envolvente y atacando en la retaguardia del gran ejército otomano, distrayéndole lo suficiente para que acabase el turno y salvar Viena.

Por mi parte, como Inglés, presioné al Papa todo lo que pude para que me concediera el divorcio de Catalina de Aragón en mi búsqueda incansable de un heredero de la dinastía Tudor y poder de esta manera centrar mis esfuerzos en otras tareas. Sin embargo me topé con un Papado poco dialogante y centrado en otros menesteres muy diferentes. Por tanto durante la fase diplomática tuve que declarar la guerra a Escocia dejando así muy claras mis intenciones, algo que aprovechó el Francés para aliarse con los Escoceses y atrincherarse al norte de las islas.

Por otro lado el Papado, sorprendentemente, se dedicó a una expansión militar por las repúblicas independientes de Italia, preocupándose poco por el desarrollo de la reforma y dejando vía libre al Protestante para extender sus ideas por Alemania y parte de Francia.

En turnos posteriores el Otomano cambió de estrategia y decidió centrar sus esfuerzos en el Mediterráneo Oriental, creando una fuerte flota de navíos y corsarios y golpeando a la débil flota del Habsburgo casi hasta la aniquilación.

Decidiendo el destino del mundo

El Habsburgo, con muchísimos frentes abiertos, ejerció la política de ir tapando agujeros allí donde se producían problemas pero sin una estrategia clara. Pero sobre todo se centró en la batalla marítima con el Otomano solicitando para ello la ayuda de los Genoveses y de los Venecianos.

El Inglés y el Francés estuvimos un par de turnos enfrascados en una lucha absurda por Escocia. Viendo que la situación no avanzaba y percibiendo la debilidad del Habsburgo, propuse al Francés firmar la paz voluntariamente para lanzar ataques simultáneos contra las posiciones españolas. En mi caso asalté con éxito Amberes y el Francés, tras varios intentos, consiguió entrar en Barcelona. Además yo conseguí un heredero sano al trono de los Tudor, Eduardo VI, lo que me permitió centrarme en la expansión miliar de mi reino.

El Papado y el Protestante ejercieron una política de reforma y contra-reforma con golpes directos entre ellos. Más o menos la situación era estable pero la balanza se inclinaba lenta pero inexorablemente del lado Protestante, entre otras cosas porque el Papado tenía que desviar recursos de manera constante para detener el avance otomano por el Mediterráneo.

Las ideas de la reforma avanzan en Europa

En el último turno (el cuarto) el Otomano se lanzó a la piratería y los intentos del Papado y el Habsburgo para detenerle fueron en vano. El protestante fue golpeado en Inglaterra y en Alemania y es que en este juego, ir destacado, es ponerte en el punto de mira de todos los demás jugadores.

Por último, en una maniobra poco limpia, traicioné mi pacto verbal con el Francés y lancé un ataque relámpago contra Escocia conquistando Edimburgo. El Francés intentó contrarrestar atacándome en Calais pero mi flota hundió barco francés tras barco francés evitando así el bloqueo de la ciudad y el asalto a la misma.

Y así acabó la partida, después de 10 horas para 4 turnos,  cayendo del lado Otomano en gran parte gracias a los beneficios obtenidos por la Piratería. Tras él quedó el Habsburgo, luego el Inglés, el Papado y el Protestante igualados y, por un último turno desastroso, en último lugar el Francés.

Me ha parecido un juego espectacular. El tema te engancha desde el primer movimiento y realmente sientes que diriges una potencia de la época. Sin embargo es cierto que al principio se hace tedioso, con continuas consultas al reglamento y que a veces los entreturnos son eternos. Pero desde luego hay que repetir.